martes, 25 de marzo de 2014

MI JUGADA: LA MULATA LOIRA

Una de las cosas para las que hay que aprovechar estar lejos de casa y viviendo en otra cultura es para probar cosas nuevas y buscar nuevos hobbies. Desde que llegué a Brasil he estado pensando en practicar algún deporte nuevo, quizás apuntarme a baile o aprovechar el buen tiempo e ir a nadar. Pero he encontrado el pasatiempo perfecto y que además es súper popular en este país, por lo que seguro que encontraré gente para practicar y de paso conoceré gente nueva. Además, no necesita preparación física ni tengo que comprar ningún equipamiento nuevo. 

VOY A HACER FILA. Como lo oís: voy a hacer cola. Voy a ponerme en fila de a uno con más gente o voy a poner mi coche detrás de otro, que a su vez estará detrás de muchos otros, formando un buen embotellamiento, y voy a esperar a que llegue mi turno para lo que sea. Voy a hacer fila en el súper, en la entrada de los aparcamientos, voy a hacer cola para pagar los peajes, voy a esperar tan a gusto a que me sirvan agua de coco helado (con vodka, por favor) en los chiringuitos.

Me aventuraría a decir que a los brasileños les gusta más hacer fila que el fútbol. Yo creo que un día perfecto para un perfecto dominguero brasileño incluiría lo siguiente: coger el coche, hacer fila para salir del garaje, conducir veinte minutos de los cuales quince han sido cola en el peaje, esperar para poder dejar el coche en el aparcamiento del estadio, hacer una buena fila para comprar entradas, esperar un rato sin ninguna razón aparente para entrar y ver un partido de fútbol. Si tu equipo gana y te comes una buena fila para salir, de las de más de media hora de espera, la euforia es absoluta. Al llegar a casa le cuentas a tu familia cuántos goles ha metido tu equipo y cuántos minutos has hecho fila. ¡TOOOOOMA! "¡Toma qué suerte, has hecho más de tres horas y media de filas! ¡Vaya domingo bueno!".

Y bueno, no es por ir de guay pero me he dado cuenta de que se me da bien. Me estoy convirtiendo en una profesional de las filas (iba a escribir "profesional de las colas", pero como os conozco no lo voy a hacer...), aunque no sin esfuerzo. Cada vez me cuesta menos aguantarme las ganas de dejar inconscientes a los cajeros de los supermercados para hacer yo su trabajo o empujar a la gente para meter yo misma su compra en bolsas. Hace ya días que no pierdo los nervios y no ME CAGO EN LA PUTA MADRE de todos los conductores que en los peajes esperan a llegar a la altura de la cabina para darse cuenta de que tienen que pagar, y rebuscan bien a ver si tienen cambio y no arrancan hasta que no han guardado todo bien guardado en la cartera y se la han metido en el bolsillo trasero del pantalón, porque ese es el mejor sitio para guardar cosas cuando estás conduciendo. ¿Que no?

Estoy cogiendo una forma estupenda y además es gratis. Te quita un poco la salud pero el dinero te lo deja intacto y quieras que no conoces gente. Entre los compañeros de fila se crea una relación tormentosa, una complicidad de equipo especial; digo especial porque esos mismos compañeros con los que te sonríes y resoplas la espera, son la misma gente que al llegar su turno también matarías, porque han llegado por fin a la barrera de salida del garaje y los ves peleándose con su cartera para sacar el ticket. Eso es así. En los mejores equipos hay rencillas y enfrentamientos por hacerse con el liderato, y las estrategias por ralentizar una cola son de lo más variado y requieren de una imaginación y una superación que no tiene cualquiera.

Pero qué os voy a contar, empiezo a dudar de mis propias raíces y me planteo si no será este país mi verdadera patria, porque llevo menos de dos meses aquí y ya he entrado en los rankings de mejores ralentizadoras de Brasil. Tanto es así que han nombrado una jugada en mi honor, "La Mulata Loira", una versión brasileña de hacerse la sueca, que consiste en hacer como que no entiendes lo que te dice la cajera y hacer que te repita las cosas varias veces antes de pagar; flipad, ¡no se le había ocurrido a nadie! 

Lo estoy petando, lo estoy petando muy fuerte. 
Cuando vengáis intentaré enseñaros. 

¡Un beso enorme y gracias por leer, guapos! 

miércoles, 12 de marzo de 2014

FORMIGA FORTUNATA

Oi! Tudo bem?

Eu estou feliz! Feliz purque POR FIN la rubia del edificio se ha dejado el paquete de pan aberto. Meu Deus, ¡qué paciencia he precisado! Llevo semanas, desde que el inquilino anterior se fue, intentando encontrar el caminho de volta a este apartamento; es MEU apartamento y no lo había conseguido. 

Me fui de vacaciones a la praia, a visitar a minha familia por Navidad, y cuando volté esto estaba completamente libre de odores, la señora que limpó después de la mudanza se había empleado a gusto y no me dejó ni una pistita para que pudiera voltar. Qué poca consideraçao...

Pero hoy ha ocurrido: me he levantado y la intuición me ha hecho seguir el olor a pan gostoso. ¡Qué prazer al ver que la ventana de la que salía era de MINHA casa! 

Disculpad, qué groseira soy, no me he presentado: me chamo Fortunata y soy uma formiga. Creo que voçes me chaman hormiga. Nací en Brasilândia do Sul (¡no es un parque de atracciones, no me enfadéis!), de padre brasileiro y madre espanhola, mais disculpen que no escreba meijor el espanhol. 

Minha casa ha cambiado un poquinho: ya no hay paquetes de 10 kilos de arroz y ahora hay un cojín con la cara de un señor barbudo...He avisado a minhas amigas y mientras ellas atacan el pan gostoso yo he aproveichado para cotilhear el computador de la rubia. 

¿Así que gostais de leer cosas sobre Brasil? ¡Pues os diré que BRASIL ES NUESTRO, BRASIL ES DE LAS FORMIGAS! Nadie habla de nosotras, se habla de samba y praia y caipirinhas, pero ni la samba ni la praia ni las caipirinhas están en todos los rincones de Brasil. NOSOTRAS SÍ. 

Allí donde haya uma máquina de café (gostoso), allí donde olviden umas migas de pan (gostosinhas), allí donde dejen el bote de açucar aberto (prazeeer!) o se les ocurra no guardar las bolachas en el armario (paradiso terrenal), ¡allí llegaremos las formigas y arrasaremos! 

Mais he visto que la rubia tiene Raid, el que nos mata bien muertas, en el armario (horror). Me sorprende porque simpre saluda a los vecinos y nao parece una asesina, pero como decía minha abuela Fortunia, no te puedes fiar de alguien que tarda tanto en dejar pan al descubierto. Así que tendremos que salir pitando antes de que volte.

Antes de irme, me gostaría dejaros un video de unas primas minhas que viven en la oficina de sua amiga, para que conhozcan nuestro poderío; son unas currantes que en menos de 10 minutos bajaron una polilha del primer piso al bajo a través de la pared de la escalera (true story). Yo nunca habría invertido tanto esfuerzo en una polilha, saben a polvo:



Ha sido un prazer conocerles...espero con ganas sus visitas a la rubia psicópata, ¡no olviden dejar accidentalmente algún paquetito de jamón fuera de la nevera! ¡Muahahahaaaa! 

¡VOLTARÉ!