jueves, 31 de enero de 2013

ENERO EN WONJU

Comida, comida, más comida, cafés ideales, puertas del Carmen versión Wonju, ríos helados, vasijas de barro para conservar kimchi, vapor de agua para conservar verdura, 18 grados bajo cero, mi nombre en coreano, una red wifi genial, graffitis en un centro comercial en Seúl, una rosa, enero termina, la estación de metro más bonita, capuccino por si no estaba claro, mucha más comida y mis manos y las de Isabelinda. 

Esto es más o menos lo que ha pasado en enero: 































viernes, 25 de enero de 2013

PAREN EL CARRO: COREA PODRÍA SER EL MEJOR PAÍS DEL MUNDO

¡Por fin! ¡Ha ocurrido! Creía que no iba a pasar nunca, que nada de lo que me habían contado era real pero por fin esta semana ha pasado…HE SALIDO DE CENA CON LOS COMPAÑEROS DEL TRABAJO. Y vaya tela, amiguitos, vaya telita.

Me han explicado muchas veces que para los coreanos la empresa es como su familia y como la costumbre siempre ha sido trabajar hasta tardísimo, es muy normal salir a cenar con tus colegas y acabar borrachos en un karaoke. En mi empresa, al ser alemana, han intentado limitar las horas de trabajo y animar a la gente a tener vida fuera de la oficina pero se le sigue dando mucha importancia a salir de vez en cuando todos juntos y agarrarse una buena cogorza. El ambiente es tan rígido en el trabajo que salir y emborracharse juntos es la manera de rebajar la tensión; choca mucho ver cómo cambian de actitud en cuanto se toman el primer chupito de soju (el soju es esto y tiene mucho peligro)...

Mi jefe es un tipo que se dirige al resto de hombres del equipo a gritos (sí, sólo a los hombres, algo bueno tiene que tener el machismo en este país). Me han explicado que es lo normal, es normal que los jefes griten por sistema a sus empleados. Es muy violento en el trato, utiliza gestos agresivos, agita papeles, señala con el dedo, golpea la mesa con el boli...

Pero después del primer chupito de soju, ese señor no era mi jefe, mi jefe de repente era este señor. No he visto un cambio así en mi vida, y no sólo él, sino todo mi puñetero departamento. Todos eran amables con todos, aquella mesa se convirtió en un festival de sonrisas y brindis. Todos de repente, hasta los dos compañeros que no me habían dirigido la palabra en casi tres semanas, se interesaron por cómo se decía “cheers” en español y “salud” se convirtió en la palabra de la noche. La decían como en el chiste que cuenta Raquel: “¿Y qué quiere la Seguridad Sociaaal? ¡¡Saluuud!!”. Saluuud por aquí, saluuud por allá, contabilicé un total de 57 brindis.

No estabais allí, no tenéis formar de comprobar que fueron 57, os tendréis que fiar de mí…

Cenamos en un sitio de barbacoa de carne de pato, súper rico. La barbacoa es muy habitual, hay muchísimos restaurantes que la ofrecen, cada uno especializado en la carne de un animal. Ésta era de carne de pato y nos sirvieron pato preparado de las mil y una formas: natural, adobado picante, adobado sin picar, envuelto en algas, en lechuga...La gastronomía coreana merece muchas explicaciones pero no es lo que quería contar hoy, quiero seguir con la razón por la cual Corea podría ser el mejor país del mundo.

Después de la cena nos fuimos a una cervecería muy cerquita del restaurante y allí siguieron los brindis. Mi jefe llegó a pedirme que bailara el Gangnam Style, muy chungo. No recuerdo muy bien la razón ni cómo llegué a esa situación surrealista, PERO LO HICE. Después de exigir que me acompañara un compañero en la coreografía, que lo hizo (angelico…), BAILÉ EL PUTO GANGNAM STYLE delante de todos mis compañeritos sentados. Os tengo que informar de que ahí me los gané ya para siempre.

Explico esto para que os hagáis una idea del nivel alcohólico y para que de paso os riáis a gusto de mí y de mi falta de amor propio. En Corea hacer amigos es así de complicado, ¡me lo estoy teniendo que currar muchísimo!

A esas alturas ninguno podía ya con su alma. Aunque hacen esto bastante a menudo, me da la sensación de que los coreanos no tienen muy buen aguante con el alcohol. Estaban ya todos tan rojos que me llegué a plantear si la comida del restaurante no les estaría dando alergia. Por fin el jefe anunció que nos íbamos a casa (esto es así, hasta que no se va a el jefe, no se va nadie, en eso se sigue notando su autoridad…).

Y aquí llega la razón por la que desde esta semana soy más fans de Corea. Como habíamos ido al restaurante directamente desde el trabajo, la mayoría estábamos allí con nuestros coches y con nuestra cogorza. Su puta madre, qué hago ahora yo con el coche teniendo también esta cogorza; en el poco tiempo que llevo aquí he visto ya varios controles de alcoholemia, no era buena idea coger el coche pero lo necesitaba la mañana siguiente para ir al trabajo...

TRANQUILA SARA, LLAMAMOS A UN CHÓFER. ¿Qué? Espera, ¿qué? Si, un chófer, mi nuevo mejor amigo en Corea. Un señor al que le dices dónde estás, aparece como por arte de magia con las manicas metidas en los bolsillos, coge tus llaves del coche y te deja en casa, te aparca el coche en la puerta, te arropa en la cama con un besico en la frente y se pira cerrando la puerta. Me cobró menos de cinco euros.

E S P E C T A C U L A R

Y así Corea entra en la porra como candidato en la categoría de Mejor País del Mundo.

lunes, 21 de enero de 2013

DE SERIES Y DEMÁS

Esto de no tener amigos ayuda a ponerse al día con las series abandonadas a la fuerza y que quieres recuperar. Horas y horas de Anatomía de Grey y Cómo Conocí a Vuestra Madre por ver; nuevas promesas como Homeland o Girls en la wishlist...

Pero lo de vivir sola las convierte en algo peligroso. No hay nadie que te pueda juzgar por vivir entre la vajilla sin fregar, ni nadie que controle si te has hecho una cena decente; a nadie le molesta que dejes tu ropa tirada en el suelo tal cual cae al llegar a casa o que no recojas la ropa limpia del tendedero. OJO CUIDAO QUE LA PODEMOS ARMAR. Que no te das cuenta y te despiertas tan a gusto después de una siesta en la bañera porque tu cama ha desaparecido debajo de tu ropa, con siete kilos de más y te enteras de que hace tres días que no vas a trabajar. 

No puede ser, hay que controlar la adicción a las series. No me parecen una pérdida de tiempo porque las disfruto un montón, pero está claro que te quitan tiempo para otras cosas. 

Así que me he propuesto hacer otras cosas o ver programas que no exijan más de una hora. Ayer por la noche empezó a llover y como esta tarde no tenía ninguna pinta de querer parar me he puesto un documental y ha resultado ser súper interesante. Se titula "El Apaño del Dinero" (The Money Fix) y lo podéis ver online aquí.  

Me ha dejado la cabeza loca. Ya no puedo pensar en otra cosa. Explica el origen del concepto de dinero como vehículo para facilitar intercambios. Cómo el dinero en sus orígenes reflejaba una riqueza en metales preciosos depositada en los bancos y cómo ese sistema derivó en uno en el que el dinero es tan sólo una idea, es tan sólo crédito, ES UN SISTEMA DE INFORMACIÓN. 

En realidad es una idea muy sencilla y en el documental está explicada perfectamente: el dinero lo crean los bancos cada vez que prestan dinero, de forma que la moneda es siempre la deuda de alguien; cuando se crea el dinero se hace por el principal del préstamo y no por los intereses, lo que provoca que SIEMPRE HAYA MÁS DEUDA QUE DINERO y que tengamos que competir para poder devolver ese dinero al banco. Siempre va a haber menos dinero del necesario y siempre va a haber alguien que salga perdiendo y no pueda devolverle el dinero al sistema. Alguien que se queda fuera porque el dinero es escaso. 

Pero si el dinero no refleja en realidad una verdadera riqueza, un verdadero valor, ¿cómo es posible que escasee? Y estaba viendo el documental y parecía que estuvieran hablado de la crisis económica en España...¿qué sentido tiene un nivel de paro tan brutal? ¿De verdad no hay cosas que hacer, no hay nada que crear que tenga valor? Lo único que está paralizando las transacciones es que no hay dinero, pero el dinero no es nada. 

Después explican que el sistema de monedas nacionales no es la única forma de facilitar intercambios de valor y comentan varios ejemplos. La conclusión es que se solucionaría el colapso de las economías si nos dotáramos de un sistema de crédito mutuo sin un soporte físico: tanto aportas al sistema, tanto puedes coger de él y en tu cuenta se reflejaría qué has aportado y qué has cogido. Permitiendo el saldo negativo, se agilizarían las transacciones. HAY QUE VER ESTE DOCUMENTAL.

El link que he dejado más arriba lleva al documental con subtítulos en castellano. Si queréis más información, hay una página web sobre él: http://www.themoneyfix.org. Y de verdad que merece la pena. 

A todo esto, me he acordado de una iniciativa del Ayuntamiento de Zaragoza: El Banco del Tiempo. La idea del Ayuntamiento es mejorar el entorno y blablabla, pero para lo que sirve es para intercambiar trabajo por trabajo sin entrar en el juego del efectivo. ¡Es genial! ¿La utilizaréis y me lo contaréis? 

SIN FIESTA NI NADA

Una de las primeras cosas de las que me di cuenta al llegar es que al presentarte a alguien lo primero que hacen es preguntarte el año de nacimiento. No es que se interesen por el día de tu cumpleaños para poder felicitarte, y mandarte bombones y organizarte una fiesta sorpresa, solamente les interesa el año. Ya me jode, porque cuando me preguntan por el día de mi cumpleaños siempre que puedo apunto que mayo es el mes de las flores y el siete el número de la perfección, es evidente que no puede haber mejor día para nacer.


Aquí no es el caso, no he tenido la oportunidad de maravillarlos con mi fecha de nacimiento. Yo sabía que en Corea el año es importante porque ni el lenguaje ni la manera de comportarte es la misma si la persona a la que te diriges o tratas en ese momento es mayor o más joven que tú (esto merece un estudio en profundidad, da muchísimo miedo y todavía no lo entiendo del todo).

Pero hoy he aprendido algo que va más allá y que me ha jodido el día. Seguramente por el hecho de ser lunes me lo he tomado peor, pero me siento estafada. Es estupendo esto de integrarte en una cultura pero hay que cosas que no. Que no oye, que con esto yo no contaba y además es muy injusto todo.

En Corea se tiene la mala costumbre de considerar los nueve meses de gestación como un año de vida. ¡ESTA GENTE NACE TENIENDO UN AÑO! Te lo sueltan así, sin ningún filtro y sin ninguna preparación. Mi cerebro ha cortocircuitado al darme cuenta de que YO YA TENGO TREINTA AÑOS para toda esta gente. Así, sin fiesta ni nada. T-R-E-I-N-T-A A-Ñ-A-C-O-S.

Y la razón por la que el día de tu cumpleaños no le interesa a nadie es porque el día 1 de enero todos suman ya un año más. El 1 de enero es el cumpleaños de todos los coreanos. Pffffff. ¡A NADIE LE GUSTA COMPARTIR EL DÍA DE SU CUMPLEAÑOS! Hay cosas que están mal las mires por donde las mires. Me viene a la cabeza mi amiga Campillos: nació el 30 de diciembre ya con un añito, y ese mismo uno de enero, después de un par de días, ya tenía dos años…¿Cómo os quedáis? ¿Mucha telita, no?

viernes, 18 de enero de 2013

TODO MUY BIEN

Hoy hace dos semanas que llegué a Wonju. Ejem, sí, dos semanas. No, no se me han pasado rápido, pero han pasado, las he tachado en el calendario. Ya sólo quedan 142 días, 12 horas y 57 minutos para mi primer viaje a Zaragoza.

Necesito pañuelos, sin falta. En Corea se moquea todo el rato, continuamente. Si no estoy moqueando por el frío que paso, lo hago por el picante de la comida y si no, es porque lloro amargamente mientras rasco el hielo del parabrisas de mi coche. Vale, no, no lloro, esto no es verdad, pero tanto moco necesitaba un toque dramático.

El tema del frío ha sido mi tema de conversación estrella estos primeros días; le he contado que paso frío a todo el que me ha querido oír. Y al que no también. Es que es muy surrealista, a mí esto me lo cuentan y no me lo creo. Habría sido una de esas historias por las que hubiera pensado “ya, y eso sin exagerar”; ¡pero es que no exagero nada!

Y paso porque por primera vez en mi vida haya visto 23 grados bajo cero en un termómetro, no me quejo por no subir de 5 grados bajo cero en varios días ni porque en la doble ventana de mi habitación haya hielos perpetuos (todo verídico). Asumo que en LA CALLE puedo pasar frío. Lo que sí me parece una broma es que en Corea sea legal hacer trabajar a la gente sentada en sus escritorios a 14 grados. El concepto TRABAJAR A 14 GRADOS, me explota la cabeza cada vez que lo pienso. Y no son 14 grados genéricos, sino comprobados en el termómetro de la oficina. Parece calorcito, si los comparas con los 20 bajo cero de fuera, ¿no? Pues no, es muy horrible. Oye, y la gente tan normal. Trabajando con el abrigo puesto y bebiendo todos agua caliente como si no hubiera un mañana, pero tan normal.

¿La razón? No, no puede ser la eficiencia energética porque trabajo en un edificio donde todas las paredes externas son de cristal. Así, la razón sigue siendo un misterio para mí. No creo que mi raciocinio me dé para entenderlo aunque me lo expliquen muy despacito. Pero hay que investigarlo, porque algo tiene que haber para que esta gente no se haya rebelado ya. ¡Chalaos!

Sobre el picante, bueno, el picante de la comida me llevó a una de las mejores conversaciones que he tenido últimamente con mis amigas del colegio, ¡y es que todo pasa por algo! La conversación derivó en las siguientes preguntas: ¿el culo pica al expulsar el bolo fecal que previamente ha sido comida picante? Parece ser que SÍ (o dios mío). ¿Y de qué forma pica? Pues según fuentes a las que doy crédito (básicamente una amiga con una licenciatura muy jodida y una oposición aprobadas, nada que ver con la caca pero es muy lista y me fío), pica igual que la boca. IGUAL QUE LA BOCA. No me lo quiero ni imaginar.

Me han explicado que en general la comida roja pica así que todo lo que veo rojo, intento comer poco para irme acostumbrando; irnos acostumbrando mi culito y yo. Si me pasa os lo cuento, que esto del blog ya me está volviendo una exhibicionista.

¡Vaya! Qué escatológico y dramático todo, ¿no? Supongo que después de estas dos primeras semanas en Corea estoy regresando a los básicos, a lo que es fundamental en esta vida: no pasar frío y comer bien.

¿A que ahora apetece todavía más venir a visitarme? Lo sé.

lunes, 7 de enero de 2013

HOLA

2013 y 2014 van a ser dos años en los que voy a vivir cada año en un país diferente (por trabajo, no porque sea así de moderna, que no). El primer año lo voy a pasar en Corea del Sur, en una ciudad del noreste llamada Wonju; y el segundo año en Campinas, una ciudad brasileña en el estado de São Paulo.

Llevo en Wonju menos de una semana, tengo la sensación de que estos dos años van a dar mucho juego y ésta me parece una buena manera de salvar la diferencia horaria, de que mi mundo siga sabiendo de mí y yo de ellos.

Supongo que terminaré escribiendo de todo y de nada, pero espero divertirme y sobre todo tener en 2015 una especie de álbum de recuerdos online. Ahora que lo pienso, ¿dónde van los blogs después de la muerte? ¿Se quedan en el limbo de los blogs mientras exista la plataforma o se convierten en polvo? 

Ya me enteraré...