domingo, 9 de junio de 2013

LAS MIL PERO SÓLO UNA COREANA

Dejad de lloriquear, todavía hay esperanza: vosotras también podéis tener esta cara.



¡Qué alivio! ¿Verdad? Antes que nada y para que sepáis desde ya a qué debéis aspirar, deberíais leer esta noticia en en el Huffintong post: Miss Corea del Sur: ¿todas iguales por la cirugía estética?. Esta otra noticia sobre el mismo tema es más completa y muestra también fotos de las misses de años anteriores (se remonta hasta los 80). 

Si las coreanas han conseguido tener todas la misma cara, ¡nosotras también podemos! Porque, afrontémoslo, no hemos sabido nada de proporciones hasta ahora. Por favor no empecéis con los miedos sobre la cirugía estética y lo cara que es, y mira tú que yo tengo otros principios, que yo me quiero a mí mismo y nosequé,  No os pongáis pesaditas que de lo que he venido a hablar es de tecnología y no de cirugía. He venido a hablar de la app que va a cambiar vuestras vidas y la visión que tiene el resto de vuestros caretos.  

Chicos, para vosotros tampoco hay excusa, esto funciona para los dos sexos.

Porque aquí en Corea todo el mundo está muy preocupado por cómo lucen pero no todos se lanzan a las clínicas a operarse, pero os puedo asegurar que NO HAY FOTO QUE NO RETOQUEN ANTES DE PUBLICARLA. Y no me refiero a un poco de saturación por aquí, un poco de detalle por allá, no; hablo de dibujarse una cara nueva en cada fotos. No hay que resignarse a mostrar nuestro propio careto cuando nos podemos inventar otro mucho más guay. 

De dónde sale esta obsesión por ser ideales/noparecerhumanas es algo que todavía no he llegado a entender, pero que existan chicas como estas da mucho mucho miedo. 

Pero nosotros a los nuestro. Vuestra nueva más mejor amiga se llama PHOTO WONDER. Para los muy castizos, FOTO MARAVILLA. Eso es un nombre bien puesto, sin equívocos. Bien, pues aquí tenéis el tutorial sobre cómo conseguir la cara de arriba. La aplicación tiene esta pinta: 



 

La de la derecha es la yo que creéis conocer pero que tendréis que olvidar a partir de ahora porque voy a ser mucho más guapa. Y todo gracias a la opción "Beautify" del Foto Maravilla. Gracias japoneses por diseñar una herramienta para embellecer el mundo. 

Como veis tiene varias opciones, pero las mejores las mejores son "Thinify", para quitarnos esas papadas colgantes y esos papos sobresalientes y "Enlarge eyes" para dejar nuestros ojos con el tamaño que merecen, más o menos con la proporción de los ojos de E.T. 

Para los que no tengáis claro cuál es la proporción perfecta para vuestro careto (como en mi caso), lo mejor es  que utilicéis la opción "Intelli beauty", que te corrige los evidentes fallos de tu cara él solito. ¿Para qué si no es para esto se ha inventado la tecnología?

¡Allá que vamos!  

 

¡Hola nueva yo! ¡Me encantaaaas! 

Pero sigamos, puedo ser mucho más guapa que esto, me quedan un montón de opciones de la aplicación. Aquí viene una de mis prefes: "Eyeliner" 


 

Un poquito de maquillaje nunca viene mal, ¿cómo os quedáis con la raya de ojo que me acaba de aparecer como por arte de FOTO MARAVILLA? 

¡Casi se me olvida el rubor! Una no puede postear una foto sin un buen rubor:

 

¡Toma! ¡Y eso sin tener ni puñetera idea de retoque de fotos! 

Me veo ideal, me veo súper ideal. Me veo tan ideal que quiero más: 

 


Ahora ya sí, ya tengo una foto de perfil que poder enseñar al mundo. Con la de las gafas de la flor parece que me haya puesto las ganas de Homer con los ojos incorporados, pero lo importante es que se me ven unos ojacos descomunales y las gafas me dan un toque moderno.

¡A Dios pongo por testigo de que jamás me volveréis a ver FEACA!

martes, 14 de mayo de 2013

UNA BODA COREANA: Y YO QUÉ SÉ.




Así que no, no voy a hacerlo. 

¡Al lío!


He asistido a una boda coreana. ¿Cómo os quedáis? ¿Pasmaos? No me extraña, es para pasmarse. Pero es que mi flor en el culo es así, me consigue estas oportunidades para que yo luego venga y lo cuente. A mí el destino me da una palmadita en la espalda y le oigo decir “y ahora vas y lo cascas”. A sus órdenes.

Como muchos ya sabéis, me ha costado ponerme a escribir sobre mi gran boda coreana porque me siento un poquito culpable. A mí no me gustaría que alguien hubiera venido a mi boda sólo pensando en lo divertido que iba a ser contarlo, pero qué queréis que os diga, ES LO QUE HAY. No puedo evitarlo. Si el destino no lo hubiera querido no hubiera puesto esto en mis manos:

LA INVITACIÓN

Creo que he dejado pasar un tiempo prudencial desde la boda. Igual el novio ni se acuerda de que se casó ni mucho menos de que invitó a una rubia mala; y si por alguna casualidad, que la verdad no imagino, llegara a aprender castellano, descubrir este blog y leerme, espero estar ya lo suficientemente lejos de él. 

Porque el que me invitó fue el novio, un compañero de trabajo. Flipé bastante cuando me dio la invitación porque es de los que me habla aunque tampoco mucho y siempre me da la sensación de que le saco de sus casillas; así que cuando me la dió pensé que parecía que no, pero que al final me estaba haciendo con esta gente. Que me había costando y sin embargo estaba consiguiendo hacerme un hueco en sus corazoncitos. Me vine abajo cuando vi que terminaba invitando a todo bicho viviente en la oficina; íbamos todos menos las plantas. 

Hice mis cálculos (basados en mi vasta experiencia en organización de bodas): si sólo por parte del novio estaba invitada toda la oficina, contando con que tuviera un par de amigos, unos cuantos tíos y primos y un par de compromisos, y suponiendo que la novia no fuera una seta y también tuviera unos cuantos invitados, a mí la ecuación me salía a bodorrio de 476,22 personas. Bien. Cuantos más mejor, como para casi todo.

¿Y,  O DIOS MÍO, qué se pone una para una boda coreana? Cuando se lo pregunté a mi coreana de cabecera, de la que ya os he hablado, me dijo que algo negro iba bien. ¿Vestido negro y pintauñas con purpurina? ESO ESTÁ HECHO, GUAPA. 

Cuando vió lo excitada que estaba con la idea de ir a una boda intentó advertirme que no era nada fuera de lo común, que de hecho eran bastante frías y que no era lo que se llamaba una "fiesta". Hice oídos sordos. Mi cerebro llevaba su propio ritmo: que esto es Corea, que aquí si quieres puedes salir a diario a ponerte como un trul a base de soju y a cantar en el karaoke hasta la hora que quieras porque abren las 24 horas. ¿QUÉ NO VA A PASAR EN UNA BODA? 

Así que ahí estaba yo el día B -de boda-, con mi pelo todavía liso, con un vestido negro ideal, purpurina en las uñas y unas medias que, no os lo vais a creer, me hacían las piernas más blancas de lo que ya las tengo; en fin, superapropiada y lista para darlo todo en el bodorrio de más de 476 personas. Lia pasó a buscarme con un capuccino helado de esos que ponen en las cafeterías superideales que hay en cada esquina de Corea, de las que os tengo que hablar, y que no hizo otra cosa que convencerme todavía más de que iba a ser una gran celebración, con tanto hielo en la tripa y cafeína en las venas mi cerebro se puso todavía más contento.

Con mi subidón llegamos al sitio donde se celebraba la boda, donde mi gozo empezó a bajar al pozo. No sé si esto pasa en otros países asiáticos pero en Corea, para las bodas que no son tradicionales ni religiosas, que son la mayoría, existen algo que llaman "wedding halls" (salones de boda): son básicamente edificios donde se pueden celebrar varias bodas a la vez. Qué digo varias, decenas, cientos de bodas a la vez. En estos salones de boda, edificios enormes de varias plantas,  se celebra tanto la ceremonia como el convite. Hay diferentes salas decoradas de forma, como veréis, exquisita, donce se celebran las ceremonias. A parte, hay una planta donde está el restaurante bufé (se escribe así, lo juro, preguntadselo a la RAE si no me creéis a mí) al que van a comer los invitados de todas las bodas del edificio y que sirve comida sin parar. Todo muy personal y muy romántico.  

Llegamos al Wedding Town de Wonju, capital de Asia, y después de buscar en una lista interminable de parejas de novios, descubrimos el número de sala para la ceremonia que nos tocaba. Las salas tienen una especie de hall donde te recibe el novio, rodeado de cosas maravillosas como estas:   


La foto no era de los novios de nuestra boda, sino unos novios estándar. ¡Que hay prisa, coño! ¡Que tienen que pasar los siguientes y no estamos para ir cambiado la foto cada vez!


Estos tampoco. ¿Estilo si o no? SI. 

Ahí entre las flores y las fotos de novios ajenos esperaba el novio que sí era el nuestro. Casi escondido el pobrecico, con una sonrisa forzada y vestido con un chaqué y unos GUANTES BLANCOS, listo para saludar a los más de 476 invitados. Sí, unos GUANTES BLANCOS. ¿Por qué se haría eso así mismo? Yo qué sé, ya son bastante complicados como para investigar lo de los guantes.   


El saludo al novio te hacía desembocar sin poder evitarlo en una mesa justo detrás de él. El novio era el señuelo, lo que importaba era la mesa y el libro gordo que tenía encima, y más importante todavía el tipo gordo que estaba detrás de la mesa y el libro. A ese tipo gordo le dabas tu nombre, en su caso el regalo en un sobre, y A CAMBIO te apuntaba en el libraco y te daba un vale de comida. Un bono para el bufé. Un tíquet para la manduca. Por si no os ha quedado claro, te daba una papeleta, un boleto, un pase, un cupón PARA PODER ENTRAR EN EL RESTAURANTE. 



Lo sé mi uña es maravillosa pero la foto da pena. Ya perdonaréis. Se entiende la palabra "coupon", que es lo importante. 

¡PUTOS GENIOS! ¡EL GORRONEO ES IMPOSIBLE!

Nos sentamos en un banco del hall a esperar a que empezara la ceremonia y a que llegaran el resto de los tropotocientos invitados. Pero resulta que en Corea dar invitaciones para tu boda es como repartir caramelos en el cole por tu cumple, una cosa que tienes que hacer a lo loco, sin filtro alguno, como si no hubiera un mañana para no quedar mal. No sé si no queda mal es la razón, pero es evidente que a la boda va el que le apetece, no tienes ni que dar una excusa para no ir. No te presentas y punto. De los 476 y pico estimados, por la mesa del gordo pasamos menos de 150 y de esos, menos de la mitad entramos en la ceremonia. La mayoría de la gente saludaba al novio, daba el regalo, pillaban el vale/tíquet/cupón para la comida, y hasta luego Lucas que me bajo al bufé. 

Evidentemente, SE PERDIERON LO MEJOR. 


A estas alturas, igual os preguntáis dónde estaba la novia. Estáis en todo, sois la leche. Pues la novia estaba en una habitación contigua al hall donde esperaba el novio y también contigua a la sala de la ceremonia. No tengo fotos pero estaba sentada en un butacón dorado maravillorrorso, encima de una plataforma, en una habitación decorada con todo el gusto y la purpurina y cristales tipo Swarovski y lazos blancos que pudieron acaparar en Wonju. Estaba toda sola ella, y la gente entraba a saludarla. Más que a saludarla entraban a contemplarla o a lanzarle trozos de pan como a un Copito de Nieve en el Wedding Zoo de Wonju. 

También es verdad que esa sala contigua consigue este efecto sin precio en la entrada de los novios. El vídeo dura un minuto aunque lo mejor está al final; tened paciencia que la entrada parece que no llega pero sí y mientras tanto, NO DEJÉIS DE DISFRUTAR CON LA BANDA SONORA (perdonad la calidad del video, como realizadora no tengo precio): 




Es una cosa que intenta ser solemne pero que no lo consigue. Yo no sé qué pensar.  

Y este es el salón. Tampoco sé cómo describirlo. Recuerdo que me daba la sensación de estar en un desfile de moda y, a la vez, dentro de un pastel de nata muy empalagoso. Era todo muy bien y a la vez muy mal. 




En la especie de altar había un señor, una especie de maestro de ceremonias, que según  me explicó Lia no era nadie en especial y que además hablaba raro. Yo no lo noté, para mí todos hablan bastante raro. 

La ceremonia fue muy sencilla: hubo un rato en el que el señor que no era nadie habló, después hablaron los novios, y después, se entendía que ya como marido y mujer, bajaron a saludar con unas cuantas genuflexiones a los señores en los sillones orejeros, que no eran vampiros sino los padres de los contrayentes. 

Para terminar, un momentazo CORTO PERO INTENSO y cuidado que va con susto al final: 


Una vez terminada la ceremonia, los novios y sus familias se quedaron en la sala para hacerse unas fotos preciosas y ya no los vimos más. Y el resto nos bajamos al bufé. 

¿Y qué había en el bufé? Pues, algo de comida: 

La comida, mi segunda más mejor amiga en Corea.

Un poco de desolación: 

Mesas corridas. Podías coincidir con gente de tu boda o no.

Tristeza: 

Un poquito de por favor...

Y, bueno, esto: 

Para los muy fijos, este es el baño, el de señoras.
En su favor diré que es más higiénico que uno de los nuestros,
o eso dicen.  
Eso fue todo, amigos. Nada de fiesta, nada de celebración, ni un "vivan los novios", ni un abrazo, ni la tía Pili llorando de emoción, ni la nueva novia del primo pequeño con un escote demasiado pronunciado, ni el pesado de Carlitos molestando a todo el mundo, NI UNA SOLA BOTELLA DE VINO...

Resumen: yo qué sé. 

sábado, 20 de abril de 2013

PELUQUERÍA FAIL


Que levante la mano el que no haya dicho que todo los “chinos” son iguales. Por chinos nos referimos a cualquiera con pinta asiática, y por iguales a que son iguales. Porque son todos iguales, joder. Has tenido que ver muchos asiáticos un rato muy largo para empezar a distinguirlos. Yo las primeras semanas en Corea no paraba de ver gente del trabajo por todos lados: era agotador porque me los encontraba en el supermercado, en cualquier restaurante al que fuera, de paseo…yo saludaba encantadora y ellos me devolvían el saludo con una sonrisa (sin enseñar los dientes, que es de mala educación).

Cuando mi cerebro se acostumbró a sus facciones y fui capaz de ver más allá de los ojos rasgados y el pelo negro que todos comparten, me di cuenta de que había estado saludando a desconocidos todo ese tiempo. Resultado: la gente de mi barrio me saluda como si fuéramos vecinos de siempre, como si fuéramos compañeros de trabajo :)

Total, que no solo entre ellos no son iguales sino que resulta que hay diferencias entre países o ellos las ven; aunque se parezcan un montón entre sí los chinos, los coreanos y los japoneses, no son iguales. De hecho, algo de lo que los coreanos están especialmente orgullosos y que están convencidos que les diferencia de sus vecinos es su pelo. Dicen que su pelo tiene ondas mientras que el pelo de los chinos es como una tabla. Y de los japoneses dicen que tienen los dientes desordenados, mientras que ellos tienen unos piños perfectos (aunque desgastados y sometidos a la dictadura del cepillo interdental, como ya os comenté en este post)

Dejadme que haga un paréntesis sobre los dientes descolocados de los japoneses: resulta que no es sólo que los tengan así por gracia divina sino que está de moda y la gente se hace tratamientos para retorcer un colmillo por aquí y separar unas palas por allá. Mirad esto y flipad un poquito más: a mí este rollo estética infantil me da un poco de medito...

Volviendo al tema que nos ocupa, cabellera y ondas, resulta un poco sospechoso que si tienen un pelazo con ondas naturales recurran tanto a la peluquería. Es espectacular el número de peluquerías que hay en cada barrio. Me atrevo a decir que el ratio peluquerías/habitante en Corea es similar al ratio bares/habitante en España. Cada país tiene sus obsesiones. Aquí las peluquerías son baratísimas, te dan unos masajes en la cabeza maravillosos y el producto estrella es la permanente. ¡Os pillé, mentirosillas! 

¿Qué más da si las ondas son naturales o no? El caso es que les encantan y que se sienten poderosas cuando ven que las japonesas de dientes desordenados les imitan el estilo de pelo.

Os podéis imaginar que mi pelo no les convence. Les encanta el color y creo que ya se han convencido de que no me lo tiño, pero eso de que sea tan liso les da como pena. Me han hecho muchos comentarios, con ojos de estar viendo a un gatito hambriento, del tipo “qué suave lo tienes, si tuvieras ondas sería perfecto” o “¿no tienes plancha de pelo?¿No te haces ondas?”. Porque aquí no se cortan nada, son igual de sinceros para decirte lo maravillosa que eres como para decirte que estarías mejor con ondas. También es verdad que en general son más de piropear, no me voy a poner exigente, que desde que he llegado me siento una puñetera estrella del rock.

Como hoy me voy de viaje, le pregunté a mi coreana de cabecera, una compañera de trabajo súper maja que milagrosamente habla buen inglés, que si podía acompañarme a una peluquería a que me dieran un repaso y estar maravillosa.

¡Te podrías hacer un moldeado para que te salgan ondas!
¡VALE!

No tengo explicación a mi respuesta. Me dio por ahí. Es posible que tantos comentarios sobre la tristeza de un pelo liso hayan hecho mella en mi subconsciente, quizás soy más manipulable de lo que pensaba…el caso es que sin darme cuenta llegué a la peluquería de confianza de mi coreana de cabecera  (bucle infinito). 

Este sofá estaba allí y tanta clase me convenció de que estaba en el sitio adecuando para que le dieran a mi pelo ese toque cool que necesitaba.

A ella le queda bien hasta el horror de sofá

Es verdad mamá, si te hubiera llamado en ese momento no habría seguido adelante, pero lo hice. Tengo que empezar a volar libre y tomar mis propias decisiones sobre temas importantes como este. 

Cuando mi compañera y salvavidas en Corea (se llama Lia) le explicó a la peluquera lo quería y me tocó el pelo, flojeó. Estuvieron discutiendo un rato, pero la mujer no estaba convencida...en general trabajar para extranjeros no les gusta, les da mucha inseguridad hacerlo mal. Creía que no se iba a atrever pero lo hizo, y se pegó una currada de flipar. Me djio que era un tratamiento suave y que las ondas me dudarían marcadas entre dos y tres meses, y que después se me quedaría simplemente más volumen en el pelo. Venga ahí, peluquera, dalo todo. ¡Yeah! 

SOCORRO, sacadme de esta foto de los 70 por favor

Pero el trabajo no le cuidó mucho a la pobre...tanto rulo, tanto calor, tanta espera...




UN CLARO FAIL. 

No hubiera sido tanto fail si hoy, tres días después, quedara algo de las ondas que me prometió. Sus dos-tres meses han sido dos-tres días. Eso sí, tengo algo más de volumen, que se agradece, pero creo que mis compañeras coreanas van a estar muy desilusionadas con el resultado...

¡Un beso enorme a todos y gracias por leer!
Yo 

Ps: me está costando parir la crónica de la boda...¡pero llegará! ¡Muahahahaaaa!

martes, 9 de abril de 2013

CÓMO SER UN COREANO (PASO A PASO)

En uno de mis ratos de asueto en el trabajo, que tristemente son muchos, me he encontrado con un documento maravilloso en el internet: Cómo ser un coreano. Una pregunta clave que por supuesto está respondida en la maravillosa web WikiHow, que lo mismo te enseña a guardar un pantallazo en Windows, un tema jodido de verdad y que nos preocupa a todos, como a hacer que tu pelo crezca más deprisa. Para los que todavía no conocíais WikiHow, aquí tenéis los artículos más leídos. De nada.

Bien, a lo que iba. Cómo ser un coreano. No, no explica cómo ser una coreana, no sé la razón por la que se nos priva la posibilidad de convertirnos en coreanas, igual es que ya hay suficientes, aunque creo sinceramente que el mundo nunca tendrá demasiadas coreanas. Decidme que estoy equivocada:



Lo de que hagan tantos pucheros yo tampoco lo entiendo, pero resultan adorables de todas maneras. También te dan unas pocas ganas de pegarles muy fuerte, pero una vez que te acostumbras sólo queda lo de que son adorables. 

Correcto. Dejando entonces claro que lo que el mundo necesita son coreanas y no coreanos, vamos a centrarnos en lo que nos ocupa hoy, convertirnos en uno de ellos. No temáis amigas o amigos con problemas de identidad sexual, os voy a explicar pasito a pasito el artículo “Cómo ser un coreano” e incluiré trucos para convertirse en una coreana de pro. Es verdad, os falla la materia prima, a mí también, es jodido llegar a ese nivel de maravillosidad, pero se hará lo que se pueda. Allá que vamos:


¡No os vengáis abajo con eso de que no nos podemos convertir en una persona de diferente raza! ¿Quién dice que no? Michael Jackson se volvió blanco y Cher extraterreste. Aún así, y como bien dice Oscar Avila, el autor del documento, hay que empezar por actuar coreano. 

Estos son los pasos: 


De la fijación de los coreanos por el año de nacimiento ya os hablé en este post. Según hables con una persona más joven o mayor, en coreano se adapta el lenguaje, y hasta los modales en la mesa. Por ejemplo, si eres el más joven de todos los comensales alrededor de una barbacoa coreana, te va a tocar a tí cocinar la comida, ¡y ni se te ocurra olvidarte de servir bebida a los mayores antes que a tí mismo ni beber mirando a la cara de nadie, siempre hacia otro lado! 

Ahora os entran las dudas, ¿verdad? Es que es un estrés ser coreano. Pero pensad que al final, y si esperáis lo suficiente, seréis vosotros los mayores a los que les tengan que rellenar el vaso continuamente. Yo soy la más mayor entre las chicas de mi oficina (mierda sí, soy la más mayor, PERO POR POCO) y eso me da prerrogativas tipo no hacer cola en la máquina de café o sentarme siempre en el sofá de la sala. Algo es algo. 

Importante para ser coreano de verdad: el saludo también se ajusta según la posición de la persona a la que saludes. En este caso mayor edad es igual a mayor estatus, pero esto os sirve igual si queréis saludar al jefe: 


En caso de dudar qué haría un coreano de verdad, 45º. Pero sin pasarse, siempre hay algún pelotas que parece que quiere tocarse las rodillas con la frente. Desconfiad. 

Si os queda alguna duda sobre cómo ser respetuoso con los mayores por supuesto podéis visitar otro artículo de WikiHow que lo explica con más detalle. Y es que es posible que no seáis educados con ellos no porque no queráis, sino porque no sabéis. Estas cosas pasan y no es que seáis imbéciles. Gracias WikiHow. 


Vaya fotaca guapa para ilustrar el tema música. No se yo si eso es estar muy al día de lo que mola ahora mismo...

Bah, este segundo punto es para principiantes, nosotros ya lo teníamos claro gracias a este súper post. Oscar, me da la sensación de que eres MUY MAYOR. Más que yo. Respect. 


"Hay que ver algunas para empezar a conocer más sobre la vida Coreana". Oscar, te he hecho caso, me he tragado un capítulo de una de las novelas que lo está petando ahora mismo y esto es lo que he aprendido: erase una vez una chica preciosa que lo tiene todo cuando de repente su madre y su hermano desaparecen. ¿Cómo? No lo sé, no he aprendido tanto. El caso, que crece sin su madre ni hermano y para más desgracia, una vez se convierte en una joven maravillosa pierde la vista y su amado y forradísimo padre muere. Estando así ella, ciega, forrada de dinero y muy tristona, aparece como por arte de magia un joven que dice ser su hermano desaparecido pero no muerto (la madre no corre tanta suerte), al que ella quiere creer pero claro, ni lo ve ni lo puede reconocer por la voz porque no han crecido juntos. POR SUPUESTO NO ES SU HERMANO y además está tremendo y es un encanto. Y ocurre lo inevitable, que se enamoran. 

En la parte incesto me he perdido y no he entendido muy bien las explicaciones que me han dado, pero he visto una una escena maravillorrorosa en la que los dos protas, la ciega y el buenorro que dice ser su hermano pero no lo es, se comen juntos un algodón de azúcar. Ay, qué manía. Porque era un comer algodón de azúcar que quería ser un beso húmedo, un beso de estos blandos y lentos que dan tanto asco. Y en el campo. Un beso blando, lento y bucólico. Eso, maravillorroroso. 

¡LO HE ENCONTRADO! ¡Jajaja! Por favor, segundo 18 de este video. El que tenga cojones que lo visione entero.


Lecciones después de ver el capítulo: en los dramas coreanos no hay besos de verdad y SIEMPRE se acaba llorando. 


Sólo un par de ideas para petarlo como coreanos a la moda: gorretes de peluche con orejas de oso o de algún otro animal encantador y manicuras absurdas. La manicura absurda en ellos consiste en conseguir que tus manos parezcan las de una mujer. Las de una mujer muy femenina.


En este punto no puedo daros más ideas porque no les entiendo y no sé qué otras frases fantásticas dicen, pero la que propone Oscar es lo suficientemente buena (me limito a corregir la ortografía y a incluir a las dos religiones mayoritarias en Corea según sea vuestros gustos): ¿Por qué me pasan estas cosas a mí, Dios/Buda, por qué?


De verdad Oscar, ¡si no vas a aportar contenido interesante esto va a ser muy duro! NO DESANIMARSE, COÑO. Nadie dijo que convertirse en un coreano fuera fácil. Como la mejor manera de aprender es imitando, aquí os dejo el video de dos profesionales (este sí que hay que visionarlo entero, es genial...):


Lo estáis haciendo muy bien. Seguimos: 


Oscar además de mayor es de América latina.  

Disculpad, pero en esto sólo se puede conseguir el aprobado visitando Corea...¿Si o no, jacetanos? Es una pena que después de todo el esfuerzo realizado hasta ahora para convertiros en un coreano, sea el Soju lo que os aleje de vuestro objetivo. ¡Pero es lo que hay! A veces lo mejor es lo peor. 

Lo que no me ha gustado leer es que el Makkoli es más popular entre los mayores...Oscar, vamos a ver si nos llevamos bien: entérate de que desde hace tres meses y una semana beber Makkoli es lo más entre la gente joven y atractiva. 


Esto no lo entiendo muy bien. Lo de usar el mango como plato no termino de verlo. De todas formas, en temas gastronómicos tengo que disentir con Oscar. Vale que los fideos precocinados molan un montón y son la base de la alimentación de los estudiantes emancipados, pero donde esté una barbacoa...Otra de las razones para venirse a Corea. ¡Jaaar!

Y por último, la mejor parte, esos pequeños detalles que convencerán a todo el mundo de que somos coreanos: 


Oscar, abuelo, no se le olvide la pastilla de la tensión y a dormir, que vaya día lleva. 

Espero que disfrutéis de vuestra nueva personalidad coreana :)
¡Un placer y gracias por leer!

jueves, 28 de marzo de 2013

SAN PASOTO


Hoy ha sido mi penúltimo día de trabajo antes de mis vacaciones, yeah. Mañana empiezo una semana de tour por Corea con mi Bosco y la expedición jacetana, ¡va a ser legendario!

Cuando le pedí una semana de vacaciones a mi jefe su primera reacción fue preguntarme “¿por qué?”. Vaya, curiosa pregunta. Mi reacción fue contestar “porque quiero vacaciones”. Y vosotros diréis, bonita conversación de besugos. Correcto. Esta es la magia de hablar el mismo idioma pero no hablar el mismo idioma. Porque aquí he aprendido que el significado de un idioma no son sólo las palabras que se pronuncian, sino todo lo que hay detrás, todos los mensajes implícitos y todos los conceptos sobreentendidos. No estábamos entendiendo lo mismo a pesar de utilizar, se supone, el mismo idioma (más o menos).

Después de una conversación muy rara (con intérprete incluido) entre mi jefe y yo, en la que yo no estaba entendiendo por qué suponía semejante lío darme una semana de MIS vacaciones, me pidieron que lo comprobara con Recursos Humanos. ¿Pero que compruebe qué? Que comprobara que tenía suficientes días, que era muy pronto en el año. ¿Qué es muy pronto en el año para qué? No entendía nada y además mi cabreo iba en aumento creyendo que me estaban poniendo problemas por ponérmelos, así que decidí dejar de preguntar y me fui a Recursos Humanos a “comprobar” lo que tuviera que comprobar.

No había gastado ni uno solo de mis 19 días de vacaciones. Estaba segura porque reviso a diario mis calendarios del Outlook, el de Gmail, el que tengo de sobremesa y uno impreso pegado en un panel en el trabajo donde voy tachando cada día. Bueno, y el de la nevera. Todos con códigos de colores (seis años de apuntes te hacen esto). Son muchos calendarios para haber pasado algo por alto…Para asegurarme de que no estaba olvidando nada repasé también una aplicación en el móvil que me calcula la cuenta atrás para los eventos de los calendarios. Ningún evento pasado que requiriera vacaciones. Pero comprobé con alegría que me quedaban 87 días, 13 horas, 0 minutos y 37 segundos para ir a Zaragoza a conocer a mi sobrina. TODO MUY ÚTIL, SANO Y MUY POCO OBSESIVO, ¿verdad?. Ahora quedan 73 días, 10 horas, 1 minuto y 46 segundos. Bien.

Estaba ya lista para hablar con Recursos Humanos, que venga el toro con lo que venga que lo toreo, estos no me van a tangar a mí ni un solo día. Allá que voy al segundo piso, con dos cojones como los de los coreanos montañeros. Diríase que iba yo con una actitud un tanto belicosa; no me juzguéis, sentirse tan sola y tan incomprendida avinagra un poco el carácter. Así que ahí me planto en el departamento con el bendito compañero de Recursos Humanos, porque eso es lo que es, un santo que siempre me ha tratado genial; y le explico mi conversación con el jefe. A ver, ¿qué es lo que tengo que comprobar?

Y el Santo, con su Santa Paciencia, me empieza a explicar: Miss Sala…

(nota: Miss Sala soy yo, las erres no existen en coreano y como en el trabajo no suelen llamarse sólo por el nombre de pila sino que siempre te ponen algún título, aquí son Miss Sala. Hola, encantada)

…en Corea la media de días de vacaciones está entre los 10 y los 15 días laborables y, a parte, tienen unos cuantos días repartidos entre el Año Nuevo Lunar, vacaciones de verano y Chuseok, una especie de Acción de Gracias coreano. Está claro que no es la juerga padre, pero tampoco está mal, te da para organizarte tres semanitas buenas de vacaciones al año. Sin embargo, por lo menos en mi empresa, no utilizan esos 15 días libres para organizarse vacaciones más largas sino que se los van cogiendo sueltos, un día por aquí, otro día por allá, dependiendo de lo que les va surgiendo.

Y lo que les suele surgir son resfriados, gastroenteritis, ciáticas, el niño que no me ha dejado dormir, la suegra que tiene que ir al médico y hay que acompañarla…este tipo de cosas súper divertidas que gusta hacer en vacaciones. De ahí el “¿por qué?” de mi jefe, porque aquí no tienen baja laboral, a no ser que se decrete “emergencia nacional” por epidemia, algo que no parece ocurrir muy a menudo (true story: sólo te pagan la baja si te has contagiado de una epidemia y el estado lo reconoce como tal). TOTAL, que cuando se ponen malos tienen que tirar de días de vacaciones o venir al curro.

Ya decía yo las primeras semanas de estar en Corea, con los 23 grados bajo cero que teníamos: vaya ganas que tiene esta gente de venir arrastrándose, con los ojos rojos, sin voz, tos de caverna, a trabajar a 14 grados en la oficina. Angelicos ellos, infeliz yo. Venían porque era eso o gastar vacaciones. A parte de que el sacrificio por la empresa está muy bien visto; venir muriéndote y demostrar al mundo que tu trabajo está por encima de todo.

De hecho, es tan así que en el formulario que hay que rellenar para que te aprueben las vacaciones, uno de los apartados es “razón”. Y para más flipe, otros de los apartados es el teléfono móvil y zona en la que vas a estar, porque puede ser que mientras estás de vacaciones surja un tema mucho más importante que tus vacaciones y tu vida privada. Pero ese ya es otro tema.

El Santo de Recursos Humanos no me lo explicó con esta parrafada; simplemente me dijo que al no haber baja laboral, la gente se guarda los días de vacaciones para cubrir ese tipo de imprevistos y que por eso a mi jefe se le hacía raro que ya en marzo me cogiera cinco días sin una razón detrás. Las vacaciones no se utilizan aquí porque sí, tiene que haber una razón por la que no puedas venir a trabajar, y entre marzo y diciembre me podían pasar muchas cosas que me hicieran necesitar esos días.

Llegados a este punto y aclarada la turbación de mi jefe…¿QUÉ ME ESTÁS CONTANDO? Que si me pillo uno de mis virus de estómago y me tengo que quedar tirada en la cama, supersola, superblanca, superdeshidratada, ¿estoy gastando MIS días de vacaciones? Nono, perdona, lo de la demostración de sacrificio no es para mí. Yo quiero mi baja laboral.

Le dije al Santo que creía que en mi caso no era así y que si por favor lo podía comprobar, porque al fin y al cabo mi contrato no es el mismo que el de mis compañeros. Y aquí empezó la segunda pelea. Al final me tuve que meter a discutir con un santo…

Tardaba en contestarme después de aquella conversación así que volví al ataque, le pregunté por email si lo había comprobado. No me contestó a mi pregunta y en su email me volvió a explicar cómo funciona aquí lo de la inexistente baja laboral y bla, bla, bla, para eso están los días de vacaciones y bla, bla, bla…

Vamos a ver si además de Santo este es Sordo, o Ciego y no se está enterando de lo que le estoy preguntando. Insisto. Mando otro email. Y recibo de nuevo, después de varios días, la misma contestación, incluyendo más detalles sobre el tema de la emergencia nacional por epidemia porque bla, bla y bla.

Mmm…va a ser que el Santo va a lo suyo y no está comprobando nada. Este es San Pasoto. San Habla Trucho Que No Te Escucho.

Me da la sensación de que esta es una estrategia muy coreana, dejar pasar el tiempo a ver si te cansas de preguntar y te olvidas. Yo no me olvido de mis 19 días de vacaciones así que como no lo hacía él, lo hice yo y pregunté directamente a la central, reenviándoles los emails de San Pasoto, a ver qué me contaban. Y me contaron lo que yo imaginaba, contestando a mi email y poniéndole en copia, que los expatriados tenemos una baja laboral de hasta 6 meses. Victoria.

Así si, joder, así sí. Me puedo poder enferma tranquila, como debe ser. 

No he vuelto a saber nada del tema, espero no tener que volver a lucharlo, porque esta estrategia de desgaste agota bastante. La semana de vacaciones va a sentar de lujo. 

¡Nos vemos! 
Besines a todos y gracias por venir. 


Ps: hoy un compañero de trabajo me ha invitado a su boda. ¡¡BRAVO, BRAVO, BRAVO!!